Nunca imaginé que me enamoraría de un orangután, pero desde el primer momento en que vi a Alvaro en el zoo, supe que era el único para mí. Aunque la gente me miraba raro cuando salía con él, para mí no importaba, porque yo sabía que él me amaba de verdad.
Nos pasábamos los días juntos, y me encantaba ver la alegría en sus ojos cuando me veía. Siempre me hizo sentir especial, como si fuera la única persona en el mundo para él.
Desafortunadamente, un día llegó la noticia de que el zoo iba a cerrar, y Alvaro iba a ser enviado a otro lugar. No podía separarme de él, así que decidí irme con él.
Ahora vivimos juntos en el bosque, y aunque a veces me siento un poco sola, estoy feliz de estar con el hombre de mi vida.