Ana y la lechuza estaban en el bosque. La lechuza volaba sobre Ana y Ana corría debajo de ella. De repente, la lechuza se detuvo y Ana se detuvo también. La lechuza volvió a Ana y le dijo:
– Ana, vamos a dormir.
Ana dijo:
– ¿Cómo?
Y la lechuza le dijo:
– Te voy a cantar una canción para que te duermas.
Y Ana dijo:
– ¡Oh, sí!
La lechuza entonces comenzó a cantar una canción muy dulce. Ana sintió sus ojos pesados y se echó a dormir. La lechuza continuó cantando hasta que Ana quedó profundamente dormida.