Cesar era un joven gallo que vivía en la granja de Don Pío. Era un gallo muy orgulloso y amaba cantar más que nada en el mundo. Cada mañana cantaba con todas sus fuerzas para anunciar el amanecer.
Don Pío tenía una hija llamada María, quien era muy bella. A César le gustaba María desde que la había visto por primera vez y soñaba con cantar para ella algún día.
Un día, María fue a la granja a ver a los animales. César la vio y se acercó a ella. María quedó prendada de la belleza de César y le dijo que cantara para ella. César cantó con todo su corazón y María quedó fascinada.
A partir de ese día, César y María se vieron todos los días. César cantaba para María y ella le escuchaba con el corazón lleno de amor.
Un día, María le dijo a César que se fuera con ella. César no dudó ni un instante y se fue con María. A partir de ese día, vivieron juntos y fueron muy felices. César cantaba para María todos los días y ella siempre le escuchaba con amor.