Una fábula con moraleja
Había una vez un rinoceronte blanco llamado Francisco Javier. Era una bestia enorme y poderosa, pero también era muy orgullosa. Un día, Javier se topó con un león en el bosque. El león rugió y Javier no tuvo más remedio que huir. A partir de entonces, el rinoceronte blanco pasó su vida entera huyendo de otros animales, temeroso de que le hicieran daño.
Un día, mientras estaba corriendo, Javier tropezó y cayó en un barranco. No podía moverse y estaba a merced de los animales salvajes. Esperaba que ninguno lo encontrara, pero entonces una jirafa se acercó y le dijo: «No te preocupes, Javier, te ayudaré a salir de aquí». A pesar de su orgullo, Javier aceptó la ayuda de la jirafa.
Al ver esto, los demás animales se acercaron y también le ayudaron a salir del barranco. A partir de ese día, Javier aprendió a no ser orgulloso y a aceptar ayuda cuando la necesitaba.