Irene era una niña pequeña que vivía en la sabana africana con su familia. Cada noche, cuando se iba a dormir, le contaban un cuento acerca de un león que vivía cerca de su casa. A Irene le encantaba este cuento y se quedaba dormida pensando en el león.
Un día, su papá le dijo que podía ir a visitar al león si quería. Irene estaba muy emocionada y así que se fue con su papá para visitar al león. Era un día muy soleado, y cuando llegaron al lugar donde vivía el león, vieron que estaba durmiendo. Su papá le dijo que no se preocupara, que el león era muy amigable y que podían acercarse.
Irene se acercó lentamente al león y le acarició la barriga. El león abrió los ojos y miró a Irene con cariño. Luego se levantó y se fue a dormir en un árbol. Irene volvió a casa y le contó a su familia que había visitado al león y que era muy amigable. Se quedó dormida pensando en el león y sus nuevas aventuras.
