Una fábula con moraleja
Manuela y el oso hormiguero eran buenos amigos. Un día, Manuela encontró una hormiga muerta en el suelo. El oso hormiguero le preguntó: «¿Qué has hecho con ella?» «Nada», respondió Manuela. «La hormiga estaba muerta cuando la encontré». El oso hormiguero dijo: «Tú debes haberla matado. Si no la mataste tú, entonces alguien lo hizo. Tú eres responsable de su muerte». Manuela se sintió muy culpable y aprendió que es importante ser cuidadoso con las vidas de los demás.