Maria Antonia era una joven mujer que había sido abandonada en los bosques de las montañas. Era una mujer fuerte y valiente, y no le temía a nada ni a nadie. Un día, mientras caminaba por el bosque, vio un león de montaña. El león la miró fijamente a los ojos y ella no tuvo miedo. En ese momento, supo que quería protegerla y cuidarla. El león la llevó a su guarida y le dio comida y agua. A partir de ese día, los dos se convirtieron en los mejores amigos. El león le enseñó a Maria Antonia a cazar y a sobrevivir en el bosque. Juntos, vivieron felices para siempre.
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