Maria Antonia estaba en su casa sola, cuando de repente oyó que alguien llamaba a la puerta. Ella no quería abrir, pero la persona insistía y gritaba que era su perro. Maria Antonia tenía miedo, pero pensó que tal vez su perro había perdido el camino a casa y necesitaba ayuda. Abrió la puerta, pero no era su perro, era un extraño con una máscara de perro. El hombre empujó a Maria Antonia dentro de la casa y cerró la puerta. La mujer gritaba, pero no podía hacer nada para escapar. El hombre la ató a una silla y le dijo que si quería ver a su perro vivo, tenía que hacer lo que él le dijera. Maria Antonia no podía creer lo que estaba sucediendo, pero no tenía otra opción. El hombre le dijo que iba a matar al perro si ella no hacía lo que él le dijera. Maria Antonia lloraba y le suplicaba que no le hiciera ningún daño, pero el hombre no la escuchaba. Tomó un cuchillo y se acercó al perro, que estaba atado a un poste. Maria Antonia gritaba y lloraba, pero no podía hacer nada para detener al hombre. El perro no podía defenderse y fue asesinado brutalmente. Maria Antonia no pudo soportar ver a su perro ser
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