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Maria Concepcion y el cerdo

Maria Concepcion estaba sentada en la cerca, observando a los animales en el corral. De repente, vio al cerdo que se acercaba a ella lentamente. Se quedó quieta, sin saber qué hacer. El cerdo se detuvo a unos centímetros de ella y comenzó a lamerle la cara. Maria se rio, sorprendida, y le acarició la cabeza. Desde ese día, Maria y el cerdo se convirtieron en inseparables. Todos los días, Maria le daba de comer al cerdo y le acariciaba. Y el cerdo la seguía a todas partes, alegre de tener un amigo. Maria estaba enamorada del cerdo, y él parecía corresponderle. Nunca nadie entendió su relación, pero a ellos no les importaba. Para ellos, el amor era todo lo que importaba.


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