Mariano estaba enamorado de un cerdo, pero sabía que era imposible. Los cerdos eran animales que no estaban permitidos en la ciudad donde vivía, así que nunca podría estar con él. Sin embargo, un día, Mariano vio al cerdo en el mercado y no pudo resistirse a acercarse a él. El cerdo era tan dulce y bonito, y Mariano se enamoró perdidamente.
Sabía que no podía tener al cerdo, pero no podía resistirse a estar cerca de él. Así que Mariano compró una casa en el campo, donde los cerdos eran permitidos. Ahora, Mariano y el cerdo viven juntos felices para siempre.