Monica siempre amó las ballenas. Era su animal favorito y soñaba con verlas en persona algún día. Así que, cuando tuvo la oportunidad de visitar una colonia de estos mamíferos en el océano, no pudo resistirse.
Nadar con ellas fue una experiencia increíble para Monica. Parecían saludarla y, a veces, incluso la rozaban con suavidad. Hasta que, en un momento, una de las ballenas la agarró con suavidad con su aleta y la sacó del agua.
Monica pensó que sería devuelta al mar, pero la ballena la llevó a su guarida debajo del agua. Era un lugar mágico, lleno de corales y peces de colores. Y ahí es donde Monica se quedó a vivir, para siempre.