Nicolas y el ocelote fue una vez un niño que quiso tener un ocelote como mascota. Nicolas vivía en una granja y quería un ocelote para que viviera allí con él. Un día, encontró a un ocelote en el bosque y lo llevó a casa. Nicolas le enseñó al ocelote a jugar, comer y beber y era muy feliz con su nueva mascota.
El ocelote era muy dócil y nunca causó problemas, pero un día, cuando Nicolas volvía a casa de la escuela, encontró al ocelote jugando con un ratón. Nicolas se asustó y le dijo al ocelote que no podía hacer eso. Desde ese día, el ocelote siempre se aseguró de no jugar con ratones delante de Nicolas.
A veces, Nicolas se sentía solitario en la granja, pero siempre podía contar con el ocelote para hacerle compañía.