Una vez Roberto y la paloma vivieron juntos en un árbol. La paloma le daba de comer a Roberto y él la protegía de los depredadores. Todo iba bien hasta que un día, Roberto tuvo hambre y quiso comerse a la paloma. La paloma supo entonces que no podía confiar en Roberto y que debía irse.
Moral de la historia: No se puede confiar en quienes nos hacen daño.