Rosa y el buey tenían una vida apacible en la granja. Rosa cuidaba de las vacas y el buey ayudaba a arar los campos. Un día, los dos vieron una nave espacial aterrizar en la granja. De ella salió un extraterrestre que se acercó a ellos.
El extraterrestre les dijo que necesitaba ayuda para reparar su nave. Rosa y el buey trabajaron duro para ayudar al extraterrestre. Una vez que la nave estuvo reparada, el extraterrestre les dio una semilla que les dijo que plantaran.
Rosa y el buey plantaron la semilla y, en poco tiempo, brotó un árbol muy raro. El árbol creció rápidamente y, en pocos días, se convirtió en una enorme y frondosa planta.
Rosa y el buey se quedaron mirando la planta, asombrados. Sintieron que habían ayudado a hacer algo muy especial.