Veronica era una inocente niña de cinco años que adoraba los animales. Un día, encontró un carnero en el campo cerca de su casa. La niña nunca había visto un carnero antes y estaba fascinada. Jugó con el animal durante horas, pero luego se dio cuenta de que el carnero estaba cansado.
La niña quiso ayudar al carnero a dormir y le contó un cuento. El carnero se quedó dormido inmediatamente. Veronica estaba muy contenta de haber podido ayudar al animal y se quedó dormida junto a él.